jueves, 20 de abril de 2017


Hay tres tipos de belleza: natural, artística y la interior.


A. La belleza natural: Es la belleza que se encuentra en las cosas de la naturaleza. Un paisaje, el vuelo de un pájaro, unas cataratas, unas montañas, el mar, unas nubes, etc. Su fuerza radica en entrar por los ojos. Esta belleza natural es fuente de agrado y complacencia para los sentidos exteriores.

B. La belleza artística: es decir, el arte: Es la belleza de un hermoso cuadro, un edificio, una escultura, una pintura, un discurso. El Renacimiento se encargó de transmitirnos un nuevo estilo de belleza basado en la armonía y el orden, que cambiará. Esta belleza artística quedará reflejada en las artes plásticas (arquitectura, escultura y pintura). También es una belleza que va de fuera para adentro. Nos exalta. Nos enriquece y ennoblece.

C. La belleza moral o interior: es el orden, el equilibrio, la bondad interior de la persona. Es el conjunto de unidad, verdad, bondad, espiritualidad en armonía, orden, que proporciona, sinceridad, amor, respeto, lealtad etc ... Que cada uno de nosotros tiene en su interior.

 “La belleza reside en el corazón de quien la contempla”. Es la belleza que uno tiene dentro como fuente para saciar la sed propia y la de los demás. Llega a ser fuente de alegría constante, de gozo consolador. Genera amor y alegría renovada en quien la contempla y se beneficia de ella, en el trato con esa persona. Esta belleza interior se exterioriza en resplandores de bondad, veracidad, honestidad, coherencia, simplicidad, encanto, armonía, equilibrio. Por eso, una persona será bella interiormente en la medida en que viva y se alimenta de las otras cualidades del ser: unidad, verdad, bondad.

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